Pura y sucia. Francesco Visone y Sara Garsía
Revelaciones y artificios
Yolanda Peralta Sierra
Decía Antonin Artaud que el rostro humano es una fuerza vacía que muestra una suerte de muerte perpetua; un rostro – afirmaba el poeta – que todavía no había encontrado su cara. Quizás por ello el retrato resulte tan fascinante para los fotógrafos. Pero ¿realmente es posible encontrar esas caras perdidas?
Sara Garsía y Francesco Visone plantean dos formas diametralmente opuestas de entender y transitar por el retrato fotográfico.
La obra de Garsía muestra una duplicación de los rostros que los hace casi ilegibles y la falta de fondos y otros elementos determina que la relación que establecemos con ellos se torne en algo íntimo. A través de esa aparente simplicidad nos plantea la posibilidad de captar, aunque sea mínimamente, el estado anímico de las personas retratadas, proponiendo un ejercicio de descomposición de los estratos que conforman la personalidad de los individuos. Sus retratos suceden, ocurren, pero ¿emergen o desaparecen? Quizás en su aparición o en su evanescencia resida la revelación, la búsqueda de una esencia que deviene en algo fugaz: la sensación de que algo va a ocurrir en cualquier instante, nos obliga a permanecer inmóviles frente a estos rostros, porque en unos segundos podrían desaparecer o emerger de forma completa.
A esta reivindicación del retrato espectral se contraponen los retratos deliberadamente escenificados de Francesco Visone, re-presentaciones elaboradas a partir de estudiadas puestas en escena. Sus imágenes incluyen de forma discreta el ambiente que circunda a los personajes, en una poética inmersa en la sensualidad y el fetichismo. Visone ahonda en la dimensión performática de los retratos a partir de la planificación, el control escénico y el uso de variaciones narrativas. Retratos congelados dentro de una historia, para que quien quiera, o quien se atreva, pueda darle continuidad.